¿Quién no ha tenido ganas de hacerse pasar por otro y relacionarse con los otros con la seguridad de una máscara? Ayer mismo acabé de redactar con un@s compañer@s un trabajo en el que tuvimos que crear un personaje en Facebook desde cero, dándole vidilla a su muro (contenidos, comentarios, gustos, aficiones). La gracia estaba en conservar nuestro anonimato tanto como pudiéramos, y en saber vender el personaje para que la gente creara redes con él.
Os recomiendo leerla si os interesa el tema (todos estamos dentro de una red social, virtual o no, al fin y al cabo) y ¡me encantaría saber vuestra opinión del tema!
Decidimos que el personaje tendría 22 años, de Barcelona y estudiante de psicología.
No quiero saturar tampoco la entrada, así que básicamente os cuelgo las conclusiones que sacamos (más allá de que disfrutamos como niñ@s pequeñ@s con el proceso)
· Sobre nuestras expectativas hacia cómo se desarrollaría el personaje, teníamos en
cuenta que sería difícil crear una red social de gran calibre y que hubiera
mucha participación en su muro, debido a que no era una persona real, no había
fotos de ella, no la habían visto en persona… En pocas palabras, la gente se
mostraría más cautelosa y suspicaz que de costumbre. Si bien es verdad que el
personaje levantó sospechas, la aceptación que llegó a tener fue considerable y
superó nuestras expectativas. Hemos de destacar que quienes sospecharon más
fueron la gente de la universidad, ya que comentaban entre ellos que nadie la
había visto ni conocido nunca. En cambio, las personas de otros entornos no se
cuestionaron tanto la veracidad del personaje.
· Fue curioso como nuestro comportamiento parecía cambiar
según la identidad que adoptábamos. Observamos que nos sentíamos más libres de
colgar cosas en el muro de Cristina que en el nuestro propio, quizás por
sentirnos protegidos por una falsa identidad.
· Podemos decir que este trabajo nos ha demostrado que, si bien no son
iguales, ambas redes sociales (la clásica y la de Facebook) se comportan de
formas muy parecidas, en el sentido que empezar desde cero en una relación
implica ganarse la confianza del otro y conseguir una buena interacción entre
ambas partes requiere un interés bidireccional. Las relaciones sociales se
basan en el hecho de dar y recibir y en este sentido Cristina ha tenido que
trabajar mucho para poder recibir algo.
Después de toda esta parrafada, surgen "algunas" preguntas:
¿se establecen el mismo tipo de relaciones en Facebook que en el cara a cara?, ¿están cambiando el tipo de relaciones sociales que se establecen entre las personas con la emergencia de la web 2.0?, ¿se ajusta Facebook al concepto de red social tal y como lo hemos conocido hasta ahora?, ¿existen nuevas pautas de sociabilidad y formas de organización social emergentes (como por ejemplo los criterios a la hora de poner me gusta, los amigos con los que mantengo un trato directo y activo a través de mensajes instantáneos y publicaciones en el muro frente a los amigos con los que mantengo una relación más distante usando solo “me gusta” o comentando algún estado, etc.)?
Saludos!,
JoanGCC